En 1990 en el barrio de Sant Adrià del Besós, los vecinos de la zona notaban un cierto ambiente de malas costumbres entre los chicos más jóvenes del barrio, y los vecinos de la zona, en vista de los ambientes que empezaban a tomar control, decidieron empezar a pensar en proponerles a dichos chavales ciertas actividades para que se mantuviesen distraídos de los malos ambientes de las calles.
De esta idea inicial nace el Club Ciclista Besós en 1992 como una de las soluciones al problema que se presentaba.
El Club empieza a reunir a chicos y chicas con ganas de fomentar sus ganas de montar en bicicleta y hacerlo de manera social.
Ese mismo año el club toma ubicación en el mismo Sant Adrià gracias a una cesión por parte del ayuntamiento del distrito. El Club también recibe ciertos fondos para poder adquirir bicis para apoyar aún más el crecimiento del club.
Con estas acciones el club empieza con fuerza con un grupo de más de 20 miembros que empiezan a tomar como habito el salir a pedalear y a mejorar sus habilidades con el paso del tiempo.
Con el paso de los años el club sigue aumentando y va ganando presencia en los eventos de carretera y en 1998, David Regal se sitúa como campeón nacional de la categoría de cadetes en la modalidad de carretera en representación del Club Ciclista Besós.
Este hito se repite de nuevo en el año 2001, también en la categoría de los cadetes, pero esta vez el mérito es de Samuel Cano.
Lejos de las competiciones el club ciclista no era un club dedicado a la competición tanto como sí lo era al ocio, por lo que no únicamente pretendían fomentar la competitividad de sus miembros, de forma que también existía espacio para las excursiones, salidas y otros eventos, como es el caso de Adrilandia, un evento que el club mantiene desde sus primeros años de vida.
En él, el club año tras año lleva a un gran grupo de niños, padres y chicos jóvenes a pasar una jornada llena de actividades lúdicas para con el club.
Año tras año el club siguió creciendo y cambiando, virando su actividad hacia las MTB en lugar de las salidas de carretera, pero pese al paso de los años y los cambios el club sigue manteniendo el mismo espirito de comunidad y representación del barrio de Sant Adrià y a día de hoy, 27 años después de su nacimiento, el club todavía cuenta con miembros originales y con las mismas ganas de seguir ayudando y creciendo con las gentes de sus calles.